El presente documento mostrará la relación
entre uraken-uchi y la fisura craneal conocida como pterión, dando lugar a una
de las lesiones más complicadas de observar en karate-do.
El alcance de éste documento es demostrar la
conexión entre la lesión del pterión y la presión ejercida por la técnica del
uraken-chi con la esotérica técnica china de “muerte a los cuatro pasos” o
similar.
El uraken-uchi:
Consiste en un ataque circular realizado con
el brazo, con el puño se impacta con los nudillos o kentos sobre la superficie
a atacar. Se inicia desde la posición de kamae o guardia típica en karate-do. Flexionando,
como un resorte, el brazo hacia adelante y girando levemente, con el puño
relajado, dicho puño, se obtiene un movimiento en snap, tal y como muestran las
fotografías adjuntas. En el momento del impacto el puño se contrae, como una
maza, dejando la muñeca relajada, y se golpea, como ya se indicó más arriba,
con la parte superior de los nudillos o kentos situada en el dorso de la mano.
En el momento de la recogida se debe relajar
toda la extremidad superior usada, realizando el mismo movimiento de snap pero
en sentido inverso.
Puntos importantes en la realización de dicha
técnica son el giro de la cadera y, por ende, del tronco superior, con una
sensación de velocidad que sólo puede conseguirse con la relajación general del
cuerpo. Dicha relajación sólo se interrumpe en el momento del impacto sobre el
objetivo. La fuerza del impacto sólo se consigue con velocidad, y la recogida
debe ser muy ágil.
Otro punto importante es que el impacto es
tanto más importante si se realiza la técnica en movimiento, ya que se añade la
energía cinética del cuerpo en su movimiento que se descarga justamente en el momento
del impacto. Esto queda muy señalado en kumite o combate reglamentado.
Para evitar lesiones del codo éste debe
flexionarse únicamente sin llegar a su límite
mecánico, es decir, que la apertura del codo debe llegar hasta 160/170º de los
180º posibles. Con ello se evitarán lesiones en la articulación, huesos y
juntas sinoviales.
Los objetivos a alcanzar son, básicamente, la
cabeza y la cara del oponente. El autor reconoce que hay en otros estilos dianas
como el plexo solar o, incluso, la parte inferior de las axilas, pero debido a
su experiencia en kumite o combate reglamentado (e incluso dentro del ámbito de
la defensa personal) no recomienda dichos puntos, prefiriendo recomendar la
cara y la cabeza como objetivos preferentes.
Dichos puntos pueden ser la nariz, la parte
inferior de la mandíbula (allá donde se situa el nervio mental) y el pterión,
que es el objeto del presente trabajo.
El pterión:
Es la unión del ala mayor del esfenoides,
porción escamosa del hueso temporal, hueso frontal y hueso parietal; cubre el
trayecto de la rama anterior de la arteria meníngea media.
El pterión es una referencia clínica
importante, porque se superpone a las ramas anteriores de los vasos meníngeos
medios, situados en los surcos de la cara interna de la pared interna de la
calota o bóveda craneal.
El pterión se situa dos gruesos de dedo por
encima del arco zigomático y un dedo por encima de la apófisis frontal del
hueso zigomático.
Resultados:
Un golpe craneal, que puede ser un accidente,
o un técnica de karate-do como el uraken-uchi que nos ocupa, puede fracturar
los huesos finos que forman el pterión, rompiendo a continuación una arteria
por ejemplo, que puede ser la rama anterior de la arteria meníngea media que
cruza por ese punto. El hematoma consiguiente (colección de sangre o acumulación) comprime la corteza cerebral situada debajo. Las
hemorragias por la arteria meníngea media no tratadas pueden ocasionar la
muerte en una horas o bien fulminantemente.
La sangre de las ramas desgarradas de una
arteria meníngea media se acumula entre la capa perióstica externa de la
duramadre y la bóveda craneal. Esto sucede en golpes sobre la cabeza. Se llama un
hematoma extradural o epidural. En los casos habituales se observa una conmoción
o pérdida de conocimiento breve, seguido de un intervalo lúcido de algunas
horas. Luego se establece somnolencia y coma con inconsciencia profunda. La
compresión del cerebro sucede conforme el hematoma se engruesa y aumenta la
masa de sangre que ejerce presión. Es necesario entonces evacuar la sangre y sutura
los vasos sangrantes, todo ello requiere de una intervención quirúrgica.
Como es fácil deducir, se observa que la vieja
aseveración china de muerte a las pocas horas o muerte a los cuatro pasos es
perfectamente atribuible, según opinión personal del autor, a la existencia de
aneurismas y hematomas craneales que pueden causar la muerte a los pocos
minutos.
Conclusiones:
Dada la peligrosidad de la técnica arriba
mostrada, el autor recomienda encarecidamente la práctica dentro de un dojo o
escuela de karate-do, siempre con personal cualificado que pueda colegiar al
alumno dentro de una ejecución adecuada, respetando siempre al oponente y que
se enseñen los peligros subyacentes a dicha técnica. Todo ello con el objetivo
de eliminar lesiones tanto por parte del ejecutor como del que recibe el
uraken-uchi.
Bibliografía:
La dinámica del karate, Masatoshi Nakayama,
editorial Fher, 1966.
Anatomia con orientación clínica, Keith L.
Moore y otros autores, editorial Panamericana, 4ª edición, 2000.
Fotografías y referencias personales del autor
en internet.