divendres, 3 d’abril del 2015

UTILIZACION DEL URAKEN-UCHI Y SU PELIGROSIDAD CON EL PTERION.



El presente documento mostrará la relación entre uraken-uchi y la fisura craneal conocida como pterión, dando lugar a una de las lesiones más complicadas de observar en karate-do.

El alcance de éste documento es demostrar la conexión entre la lesión del pterión y la presión ejercida por la técnica del uraken-chi con la esotérica técnica china de “muerte a los cuatro pasos” o similar.

El uraken-uchi:

Consiste en un ataque circular realizado con el brazo, con el puño se impacta con los nudillos o kentos sobre la superficie a atacar. Se inicia desde la posición de kamae o guardia típica en karate-do. Flexionando, como un resorte, el brazo hacia adelante y girando levemente, con el puño relajado, dicho puño, se obtiene un movimiento en snap, tal y como muestran las fotografías adjuntas. En el momento del impacto el puño se contrae, como una maza, dejando la muñeca relajada, y se golpea, como ya se indicó más arriba, con la parte superior de los nudillos o kentos situada en el dorso de la mano.





En el momento de la recogida se debe relajar toda la extremidad superior usada, realizando el mismo movimiento de snap pero en sentido inverso.

Puntos importantes en la realización de dicha técnica son el giro de la cadera y, por ende, del tronco superior, con una sensación de velocidad que sólo puede conseguirse con la relajación general del cuerpo. Dicha relajación sólo se interrumpe en el momento del impacto sobre el objetivo. La fuerza del impacto sólo se consigue con velocidad, y la recogida debe ser muy ágil.

Otro punto importante es que el impacto es tanto más importante si se realiza la técnica en movimiento, ya que se añade la energía cinética del cuerpo en su movimiento que se descarga justamente en el momento del impacto. Esto queda muy señalado en kumite o combate reglamentado.




Para evitar lesiones del codo éste debe flexionarse únicamente sin llegar a  su límite mecánico, es decir, que la apertura del codo debe llegar hasta 160/170º de los 180º posibles. Con ello se evitarán lesiones en la articulación, huesos y juntas sinoviales.


Los objetivos a alcanzar son, básicamente, la cabeza y la cara del oponente. El autor reconoce que hay en otros estilos dianas como el plexo solar o, incluso, la parte inferior de las axilas, pero debido a su experiencia en kumite o combate reglamentado (e incluso dentro del ámbito de la defensa personal) no recomienda dichos puntos, prefiriendo recomendar la cara y la cabeza como objetivos preferentes.






Dichos puntos pueden ser la nariz, la parte inferior de la mandíbula (allá donde se situa el nervio mental) y el pterión, que es el objeto del presente trabajo.


El pterión:

Es la unión del ala mayor del esfenoides, porción escamosa del hueso temporal, hueso frontal y hueso parietal; cubre el trayecto de la rama anterior de la arteria meníngea media.




El pterión es una referencia clínica importante, porque se superpone a las ramas anteriores de los vasos meníngeos medios, situados en los surcos de la cara interna de la pared interna de la calota o bóveda craneal.

El pterión se situa dos gruesos de dedo por encima del arco zigomático y un dedo por encima de la apófisis frontal del hueso zigomático.

Resultados:

Un golpe craneal, que puede ser un accidente, o un técnica de karate-do como el uraken-uchi que nos ocupa, puede fracturar los huesos finos que forman el pterión, rompiendo a continuación una arteria por ejemplo, que puede ser la rama anterior de la arteria meníngea media que cruza por ese punto. El hematoma consiguiente (colección de sangre o acumulación)  comprime la corteza cerebral situada debajo. Las hemorragias por la arteria meníngea media no tratadas pueden ocasionar la muerte en una horas o bien fulminantemente.





La sangre de las ramas desgarradas de una arteria meníngea media se acumula entre la capa perióstica externa de la duramadre y la bóveda craneal. Esto sucede en golpes sobre la cabeza. Se llama un hematoma extradural o epidural. En los casos habituales se observa una conmoción o pérdida de conocimiento breve, seguido de un intervalo lúcido de algunas horas. Luego se establece somnolencia y coma con inconsciencia profunda. La compresión del cerebro sucede conforme el hematoma se engruesa y aumenta la masa de sangre que ejerce presión. Es necesario entonces evacuar la sangre y sutura los vasos sangrantes, todo ello requiere de una intervención quirúrgica.


Como es fácil deducir, se observa que la vieja aseveración china de muerte a las pocas horas o muerte a los cuatro pasos es perfectamente atribuible, según opinión personal del autor, a la existencia de aneurismas y hematomas craneales que pueden causar la muerte a los pocos minutos.

Conclusiones:

Dada la peligrosidad de la técnica arriba mostrada, el autor recomienda encarecidamente la práctica dentro de un dojo o escuela de karate-do, siempre con personal cualificado que pueda colegiar al alumno dentro de una ejecución adecuada, respetando siempre al oponente y que se enseñen los peligros subyacentes a dicha técnica. Todo ello con el objetivo de eliminar lesiones tanto por parte del ejecutor como del que recibe el uraken-uchi.

Bibliografía:

La dinámica del karate, Masatoshi Nakayama, editorial Fher, 1966.

Anatomia con orientación clínica, Keith L. Moore y otros autores, editorial Panamericana, 4ª edición, 2000.
Fotografías y referencias personales del autor en internet.