dimecres, 12 d’octubre del 2016

Mugai ryu: the classical samurai art of drawing the sword. Darrell Max Craig.

Mugai ryu: the classical samurai art of drawing the sword. Darrell Max Craig.


El libro que voy a comentar es, como muchos libros americanos de que dispongo, útil y confuso a la vez.

Útil por que pone a disposición del público en general los principales katas del  estilo de iaido que, fuera de Japón, hay escasísima documentación escrita. Por ello aplaudo al autor por su contribución. A pesar de que me he iniciado en el mugay ryu hace poco, puedo afirmar que algunas figuras son claramente accesorias, por ejemplo el chiburi que se muestra en el libro es claramente de origen Tokugawa. El autor que suscribe no necesita un hakimachi en la cabeza.

Sin embargo, he de decir que la lista de katas y sus variantes me ha ayudado mucho. Da un punto de anclaje para memorizar los katas, que no es poco. Los dibujos no pueden compararse con fotografias, pero soy de la opinión de que tampoco hay que ser tan descriptivo. Una fotografia, aunque esté bien hecha, no puede ni debe sustituir las enseñanzas de un sensei o shifu, ni puede ayudar a suplir la práctica diaria o constante. Sólo sirven como ligero apunte para la falta de memoria.

Confuso, por que el autor no da una visión general del Mugay ryu, sólo la particular de sus maestros, defecto que he observado en varios maestros marciales. Es confuso por que inserta historias y hechos que, a pesar de que bonitos de explicar, no vienen a relación con el estilo del que se pretende sea una guia e introducción. Vease la historia del ronin Keigo Nin o el shogunato Tokugawa. A mi juicio, estos textos deben tratarse en otro volumen.

Afortunadamente, puedo recomendar este libro, pero con precaución. Uno debe iniciarse en el iaido de la mano de un instructor competente y paciente, que enseñe todos los trucos y fenómenos de desenvainar, con un iaito correcto de Zamak para empezar. Nada sustituye al entrenamiento, ni siquiera un buen libro, por muy correctamente que esté escrito y su autor un budoka de valía.