Cómo se puede ver en este trabajo, queda expuesta la
afirmación inicial de la conexión entre acupuntura y karate. Es evidente que el
artista marcial que diseñó las aplicaciones de este kata tenía amplios
conocimientos de acupuntura o, como mínimo, estaba bien asesorado en ello. Lo
demuestran ataques a puntos de acupuntura especiales, en relación a la teoría
de los cinco movimientos y a los puntos según la teoría oriental de los zhangfu
u órganos.
Debido al origen de juroku, es de suponer que dichas
combinaciones fueron realizadas con pleno conocimiento de la medicina
tradicional china, por la manera en que sus teorías básicas encajan con el
funcionamiento del bunkai del kata.
Por ello, se deduce que el kata y su bunkai, y por extensión
cualquier kata y su bunkai asociado, deban ser transmitidos en su original
esencia puesto que con ello se preserva la intención con la que fueron
concebidos. Sin embargo, ello no es óbice para que se deba investigar y ampliar
el bunkai asociado al kata, pero, eso sí, dentro de los parámetros de la
medicina tradicional china, con el fin de preservar el espíritu y la cultura
orientales.
Por lo tanto, el autor aboga por el trabajo en el dojo sobre
los katas tradicionalmente trabajados, con el fin de preservar lo que es una
herencia cultural sin precedentes de China y sus países discípulos. No está de
acuerdo el autor, sin que ello sirva de menosprecio al trabajo de sus compañeros
de dojo, con las variantes sin fundamentar y deportivas que actualmente se
practican y que se pretenda hacer pasar por auténticas. El autor cree
firmemente que hay espacio para todo el mundo y su manera de pensar dentro de
este arte marcial.
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